Por: Emilio Gutiérrez
Cada año se honra la memoria y se recuerda aquel 10 de octubre de 1821, en que las tropas patriotas entraron a la ciudad de Cartagena para hacer efectiva la rendición del Ejército Español e izar por primera vez la bandera de Colombia, en los diferentes baluartes y murallas de la ciudad.
Se considera esta fecha como día cívico del Veterano, exaltando aquellos valerosos hombres que hoy en día, son leyendas vivientes de nuestra Policía Nacional. Es así como conmemoramos esta fecha reconociendo a uno de los nuestros, a un hombre que venció el miedo al enfrentarse a una de las zonas donde la guerra, tuvo cabida y destruyó vidas; en los Montes de María, Bolívar, el pueblo que en el año 2000 fue escenario de la más cruenta masacre paramilitar.
Ese que recorrió el agente de la Policía Roberto Manuel Maza Almeida, haciendo trabajo social con una comunidad que renace de las cenizas, después de haber soportado el horror de la guerra.
Maza Almeida, duró 34 años trabajando en vigilancia comunitaria y haciendo labor social, tuvo la gran responsabilidad de contribuir a mejorar el bienestar emocional de cerca de mil 500 personas, que luego de varios años se atrevieron a regresar con la esperanza de recuperar sus tierras y sus viviendas por las que trabajaron toda la vida. También volvieron para honrar a sus muertos.
El agente fue asignado a esa apartada zona rural marcada por la violencia hace siete años, dice que cuando habla con los campesinos, algunos recuerdan el horror de la masacre, otros prefieren fijar la vista en el horizonte y decir que todo lo dejan en manos de Dios. “Ellos solo piden que cese la violencia porque aún persisten algunas amenazas”.
Fue en el Salado, zona de El Carmen de Bolívar, donde un desalmado grupo paramilitar compuesto por unos 450 hombres irrumpió a la fuerza y masacró sin piedad a por lo menos 100 personas entre hombres, mujeres y niños en una polvorienta cancha de fútbol. Fueron varios días de dolor, sangre, muerte, saqueo y desolación.
La terrible acción generó un éxodo masivo de campesinos quienes, en su carrera por huir de la sevicia de los asesinos, solo pudieron cargar con la impotencia de ver morir salvajemente a su gente y sin saber afuera que les esperaba como desplazados. El Salado se convirtió entonces en un pueblo fantasma.
Fue la vocación de servicio la que impulsó a Roberto Manuel Maza Almeida, a internarse en esa zona ubicada en el corazón de los Montes de María, se siente orgulloso de haber sido parte de una comunidad que lo identificó y lo representaba como uno de los buenos, de sentarse a tomar una taza de café con un campesino y hablar de cosas diferentes, “hablábamos de lo lindo que es la vida y de cómo podemos ser felices sin hacerle daño a nadie. Además del perdón y la reconciliación como eje fundamental para sanar las heridas”.
Roberto Manuel Maza Almeida, trabajó para que esos malos recuerdos se quedaran atrás, “sabemos que no fue fácil, pero en ese momento trabajamos incansablemente para mejorar su bienestar emocional”.
Maza Almeida nació en el municipio de San Estanislao de Kostka, norte del departamento de Bolívar, hace 54 años, se hizo Policía para servir, pero su ciclo terminó después de más de 31 años en la Institución, y ya era el momento de dedicar tiempo de calidad a su otra familia. No todos lo conocen por su nombre. Algunos lo llaman ‘el viejo’ otros ‘el veterano’, pero oficiales y suboficiales del Departamento de Policía Bolívar saben quién es el agente en buen uso de retiro Roberto Manuel Maza Almeida.
El veterano quien hizo parte de la Policía Nacional patrimonio de los colombianos, ingresó a la institución en el año en el que ‘Kid Pambele’ logró su primer título mundial; Misael Pastrana Borrero era presidente y la primera de película de El Padrino llegaba a cines, en 1972.
De los episodios dolorosos a lo largo de su carrera policial, recuerda con tristeza cuando en una buseta de la ruta Socorro – Centro en Cartagena de Indias, asesinaron a dos de sus compañeros quienes atendieron un llamado de alerta por la presencia de un atracador conocido con el alias de “Julio el Cabezón”, quien luego se enfrentó a otros uniformados y fue dado de baja.
Sus casi 34 años como Policía, los repartió entre Santa Marta, (Magdalena) Cartagena de Indias, Magangué, Cicuco, El Retiro, Soplaviento, Arenal, Villanueva, Mompox, Maria la baja y el Salado, (Bolívar) siempre en la vigilancia urbana.
Hoy en día, el agente Maza Almeida, goza de su asignación de retiro gracias a sus servicios prestados a la Policía Nacional durante 34 años.