Fuente: BG (RP) Mauricio Gómez Guzmán
El pasado 25 de enero del año en curso, el gobierno nacional expidió el decreto
No. 113, donde se modificó la estructura del Ministerio de Defensa Nacional y
estableció la “Dirección de Educación Policial”, dependencia responsable de
planificar, dirigir, desarrollar, coordinar, supervisar y evaluar el sistema educativo
policial. También cobra importancia la expedición de otro reciente decreto que
corresponde al No. 1562 del 5 de agosto de 2.022 mediante el cual se crea y se da
funcionalidad al “Consejo Superior de Educación Policial y a la Comisión Consultiva
de Estándares para la Policía Nacional”, los anteriores de acuerdo a lo dispuesto
en la Ley 2179 del 30 de diciembre del año inmediatamente anterior. “La profesionalización para el
servicio de Policía”.
Bien es cierta la importancia de estas normas, toda vez que le permiten a la Institución afincar el
Sistema Educativo Policial, dentro del marco normativo del Ministerio de Educación Nacional.
Pero también es cierto que hay que observar esto con mucho cuidado, toda vez que tenemos el
primer gobierno de izquierda en la historia del país y por lo tanto resultan inexorables los vientos
del cambio.
Aprovechando que se están dando una serie de reformas en la policía en todos sus órdenes, no se
descarta la posibilidad por parte de algunas personas, para introducir en nuestras escuelas llámense
de formación, capacitación o especialización y dentro de los programas académicos de los
diferentes cursos, algunas tendencias que vienen siendo manifiestas y que podrían influenciar
directamente en la filosofía y la doctrina de nuestra institución; es a esto a lo que me quiero referir.
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