La Policía Nacional siempre y desde su creación ha sido motivo de reformas institucionales, originadas por diversas razones y circunstancias, unas de orden interno , otras promovidas por fuerzas externas fundamentalmente de carácter político, algunas con éxito y otras que solo, y por suerte han quedado en estudios y análisis, cualesquiera que sean las causas y consecuencias de estas reformas, lo cierto es que en los últimos dos años, sale de la opinión pública, que de manera “urgente” se debe reformar una vez más la Policía Nacional, esta vez motivada por dos hechos ,la muerte de los ciudadanos Dylan Cruz, en noviembre de 2019 y Javier Ordoñez en septiembre de 2020, sucesos que alteraron de manera significativa el orden público, especialmente en la ciudad capital, y que trascendieron no solo el ámbito nacional sino el internacional, con las consecuencias que el país conoce, razón por la cual, no solo la Policía de manera interna, sino un significativo número de analistas y manejadores de Opinión Publica, entre ellos: Académicos, Sociólogos, Psicólogos, Oficiales de la Reserva Activa, Periodistas, Rectores de Universidades, Exministros, Organizaciones de Paz entre otros, también sectores del país político, Económico, Social, de la Industria , llenaron las páginas de los medios de comunicación, escuchados , escritos y vistos, además de las redes sociales, con sus análisis, opiniones, recomendaciones, y sugerencias sobre lo que se debería tenerse en cuenta, frente a la reforma de la Policía Nacional de los Colombianos.
En noviembre de 2019 se empezó el debate Nacional sobre el tema referido, y más de medio centenar de publicaciones fueron registrados y conocidos por la opinión pública nacional.
Revisando los temas tratados, y de manera generalizada fueron expuestos entre otros los siguientes, la mayoría coincidentes y concordantes.
– La Falta de preparación y capacitación, de la Policía para enfrentar y controlar las manifestaciones y desordenes públicos. evidenciándose la carencia y ausencia de profesionalización de la Policía
– Que la Policía debería ser un cuerpo civil y desarmado. fortaleciendo de esta manera su carácter de civilidad.
– Que debería ser adscrita y con dependencia directa del Ministerio del Interior.
– Sobre la necesidad de la Departamentalización y Municipalización de la Policía.
– El enfrentamiento entre el Gobierno Central y las autoridades locales (Alcaldes) sobre el manejo, direccionamiento, dependencia y funcionamiento de la Policía.
– Visualizaron el tema de la corrupción institucional y las pugnacidades internas.
– La Necesidad de crear el Ministerio de la Seguridad y Convivencia Ciudadana.
– La Influencia de la Izquierda, no solo del orden nacional, sino internacional, acompañado del papel protagónico de los agitadores en la protesta social.
– Incrementar el pie de fuerza. mediante la incorporación, la terminación de algunas especialidades, reducir el personal uniformado que cumple funciones administrativas, para mejorar la seguridad ciudadana en las calles y la ruralidad colombiana.
– El derecho a ejercer el voto como participación democrática de los miembros dela Policía Nacional, de hecho, se radicó en el legislativo un proyecto de ley, que de ser aprobado les otorgaría dicha facultad para elegir Presidente de la Republica.
– Creación de un Centro de Pensamiento, para entender el comportamiento ciudadano, en el desarrollo de la protesta social.
-Se plantaron estrategias como: los (5) cinco ejes señalados por el exministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, ejes que deberían incluirse en dicha reforma: Servicio de Policía, Educación y Formación, Gestión Humana, Transparencia e Integridad y el Fortalecimiento Tecnológico
-Cerrar la brecha entre la seguridad urbana y rural.
-Mejora la gestión administrativa, financiera, logística y operativa en la Policía Nacional.
-Falta y ausencia de liderazgo gubernamental e Institucional.
– El manejo Estratégico y Político de la Seguridad Ciudadana.
-Los Derechos Humanos, la Justicia Penal Militar y el uso de las armas no letales.
– La incomprensible tolerancia institucional, frente a las agresiones, y ataques violentos a los uniformados (lanzamiento de cualquier elemento contundente, además de las agresiones verbales) en las manifestaciones violentas, que los coloca en una total indefensión.
– Su dignificación, legitimidad, transparencia, confianza institucional, y nuevas estrategias de acercamiento a los ciudadanos.
– La brutalidad policial, y las instalaciones policiales como verdaderos Centros Penitenciarios.
– Desvincular la Inspección General de la línea de Mando Institucional, actuando como órgano totalmente independiente en el ejercicio y cumplimiento de sus funciones.
Se dejó de lado temas como: la unidad nacional, que literalmente está rota por la polarización que vive el país, y mientras esa unidad no se logre le será muy difícil a la policía enfrentar todos los fenómenos delincuenciales, no solo nacionales sino la delincuencia trasnacional, habida cuenta de estar quedando sola sin una presencia real y efectiva del Estado, especialmente en tener y garantizar una seguridad jurídica, de la justicia que respalde y apoye el accionar policial y por su puesto del legislativo, con una legislación acorde con las realidades del fenómeno delincuencial existente.
Tampoco se registraron pronunciamientos sobre el aumento e incremento en presupuestos para la operatividad, salud, bienestar y recreación, de los uniformados, más aún cuando dentro de las estrategias se pretende incrementar el número de efectivos, contando con los mismos recursos presupuestales de muchos años atrás.
De manera tímida se manifestó la preocupación sobre la responsabilidad que le asiste a los ciudadanos, en su compromiso frente al cumplimiento de la ley, al respeto y acatamiento de los derechos de los demás, sobre sus libertades y propiedades, la ausencia del accionar del Estado en la formación de los ciudadanos, implantando políticas públicas, de enseñanza y aprendizaje, de los deberes y derechos que a ellos les asisten, a través del Ministerio correspondiente y desde muy temprana edad, básicamente en la etapa de escolaridad de la población estudiantil.
Después de este debate público, pareciera que la actual Reforma Institucional ha llegado a su fin, al conocerse los pronunciamientos del Sr General Director General de la Policía. que se podrían sintetizar de manera general, en las siguientes conclusiones:
- Lograr la aprobación del proyecto de Ley 364 del 2020, que crea la Categoría de Profesionales de Policía, establece un régimen especial de carrera y las normas con el bienestar del Personal de la Policía.
- Crear la Comisión Nacional de Estándares, cuya función principal es la de: Certificar cada dos años, la idoneidad de los uniformados para el uso legítimo de la fuerza, la correcta atención al ciudadano y la aplicación estricta de los derechos humanos.
- Fortalecimiento, capacitación y formación en derechos humanos, del personal institucional.
- Revisión de la Estructura Organizacional actual, para crear tres (3) grades Jefaturas y de esa manera hacerla más ágil.
- Ampliar el Estatuto de Carrera y obtener la Certificación en Derechos Humanos.
- Mejorar el régimen salarial de los Patrulleros y lograr su profesionalización.
- Cambio del uniforme cuyos propósitos son: lograr un mayor reconocimiento, una mayor identidad y una mayor visibilidad.
Frente a estas circunstancias como entender, especialmente el ciudadano del común los diferentes matices institucionales, habida cuenta que es y siempre será un solo cuerpo armado y de carácter civil, sin embargo, no deja de llamar la atención el hecho de la existencia de los Oficiales, en sus nueve rangos o grados, el Nivel Ejecutivo, con sus seis grados,( Patrullero, Subintendente, Intendente, Intendente Jefe, Subcomisario y Comisario) la Categoría de Profesionales, igualmente en sus grados de: Profesional Insigne, Experto , Especial, Distinguido, Superior y Excepcional, los Suboficiales con cinco grados, amén de los agentes y su distinción de dragoneante. Suboficiales y agentes que a la fecha quedaran muy pocos en actividad, por culminación de sus carreras.
Agregado a lo anterior, con el cambio de uniforme el ciudadano tendrá inevitablemente la percepción de dos clases o dos cuerpos de policía, los de azul y los de Verde, éstos en las zonas rurales del País y aquellos en las Ciudades, una Policía urbana y otra rural, además de la complejidad, cuando se deba pasar del campo a la ciudad o de ésta a aquella, debiendo suministrar una nueva dotación y capacitación, perdiéndose de alguna manera la unidad e integralidad institucional, de ser un solo y único cuerpo de Policía.
Coronel (R.A) Emel Aguilar Carreño